OTRAS FORMAS DE AMOR
En el siglo XIX dominaba la idea de que la sexualidad humana se basaba en la atracción reciproca del hombre hacia la mujer teniendo como finalidad principal la procreación. Dos siglos después, las mentalidades han evolucionado, de todos es conocido que la sexualidad está sujeta a un sin número de posibilidades, de formas, de manifestaciones y de placeres.
La vida sexual de cada individuo se organiza a través de dos ejes; el primero comprende los elementos que se manifiestan a la vista de todos, por ejemplo: comportamientos, conversaciones, actividades, etc. El segundo eje se compone de los elementos que no se ven, que se mantienen en secreto: relaciones extra conyugales, exhibicionismo, voyerismo, atracción por el mismo sexo, pornografía, etc.
Adicionalmente a estos dos aspectos, existen otros elementos que se encuentran ocultos, incluso en algunas veces para uno mismo como fantasmas sexuales, pulsiones sádicas o masoquistas, homosexualidad, bisexualidad, etc. Bajo este esquema de conciencia e inconciencia, ¿qué hacer?
Sé tú mismo,
dale gusto a tus placeres
En la construcción de la sexualidad se reflejan los ejes antes mencionados, presentes en cada persona. Por ejemplo, la atracción entre dos personas puede ser el resultado inconsciente de la búsqueda en el otro únicamente de emociones como la ternura o la protección, intentando así reproducir una relación materna o paterna sin saberlo y dejando de lado el aspecto sexual. Por tanto, definir la identidad sexual no es fácil, se necesita de un proceso, es el resultado de un largo camino alimentado de diversas experiencias eróticas, de miedos, de dudas, de abandonos e incluso de equivocaciones a las cuales cada quien suele aferrarse erróneamente y que dificultan el verdadero encuentro del placer y del deseo que a veces no es siempre el que suponemos.
Para Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, el interés sexual y exclusivo del hombre hacia la mujer no es algo evidente, sino que requiere de una explicación distinta a la de una simple atracción biológica.
En efecto, la diversidad del amor, la multiplicidad de la sexualidad, el sin número de orientaciones que puedes darle a tu vida no deben ser un freno para que la vivas plenamente, sin temor y en libertad. Tienes derecho de amar a quien desees y como quieras.
Durante este proceso de construcción y de definición de tu identidad sexual algunos interrogantes pueden surgir:
¿Qué es ser hombre, mujer? ¿Es necesario estar en pareja? ¿Mi sexualidad es normal? ¿Qué van a decir? ¿Cómo hacer mi comming out? ¿Es posible una relación diferente a la monogamia? ¿Cómo entender la sexualidad de los hijos? ¿Se puede amar a hombres y a mujeres al mismo tiempo?