SEXUALIDAD EN PAREJA

Para fortalecer la vida sexual es necesario estar a la escucha del otro, de su cuerpo, de sus necesidades, es lograr hacerle sentir lo especial que es para ti.

¿La rutina afecta a las parejas?

En la vida diaria: el trabajo, las citas, las obligaciones profesionales o familiares, las deudas, etc., conducen al individuo a una saturación casi permanente que le impiden sentarse, respirar, tomarse su tiempo y pensar en lo que realmente necesita y desea. Surge pues, el estrés, el cansancio, la agresividad e incluso la frustración. Frustración de no lograr hacer lo que se quiere, de no poder decir lo que se piensa o de no vivir lo que se desea.

Lo anterior se convierte en una rutina que tiene efectos nefastos en la vida de pareja. En efecto, sentirse incomprendido, desaprobado, desvalorizado por la persona de la que menos se espera o en el seno del hogar, puede ser es uno de los orígenes de las disputas conyugales y de los malentendidos que se pueden presentar en una pareja.

¿Qué pasa en mi relación de pareja?

En un contexto en el que la cotidianidad rige el curso de tu vida sexual y amorosa, surgen algunos interrogantes: ¿Cómo continuar viviendo juntos? ¿Cómo reanudar los lazos que alguna vez parecían inquebrantables? ¿Cómo amar de nuevo? ¿Cómo proyectarse con el otro? ¿Cómo restaurar aquel sentimiento de que todo es posible juntos?

Con el paso del tiempo o la llegada de los hijos, lo que antes parecía una alianza indestructible poco a poco se reduce a reproches, cantaletas, disputas e indiferencia. La vida sexual se anula o se limita a su expresión más mínima. Ser madre o padre se sobrepone a todo lo demás; relegando así tu deseo fundamental.

La sexualidad no se reduce pues al instinto de reproducción, ni a la simple genitalidad, ella abarca la persona entera en su relación con sigo misma, con el otro, con su entorno.

¿Cómo hacer que mi vida de pareja sea mejor y más placentera?

Entre más nos sentimos a gusto con alguien, la atracción o el interés físico va decayendo ¿Cómo sobrellevar la afección que nos procura el otro sin que ello afecte el deseo sexual? ¿Cómo no ver en el otro, no únicamente una pareja, un padre o una madre, sino además alguien que desea y que necesita satisfacer su deseo? ¿Cómo ser madre, ser padre y continuar gozando de una vida sexual con la pareja, no con la pareja sino con el otro? ¿Cómo vivir la sexualidad de forma satisfactoria y plena a largo plazo?

Múltiples factores influencian el deseo sexual, tanto individuales (educación familiar, presión social, etc.) como sociales (la moral, la cultura, la religión, etc.); sin embargo, el acompañamiento de un profesional de la psicología te permite reconocer e integrar estos factores para ayudarte a resolver estos u otros interrogantes que pueden surgir en tu vida de pareja.

Para poder despertar y mantener el deseo en el otro se requiere primero reconocer el tuyo propio, aceptarlo, compartirlo sin temor, en confianza y libremente